LO DE IRON MOUNTAIN DEMUESTRA LO INFILTRADOS QUE ESTAMOS: a siete años del siniestro en Barracas no hay responsables, pero sí varios “ideólogos”

Todos los caminos indican que la CIA ordenó el incendio de Iron Mountain en Barracas. Se cumplieron 7 años y no hay justicia. (Foto: Mystica Radio).

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). El más grande escondite de la corrupción son estos depósitos, manejados por los servicios norteamericanos e israelitas, bajo empresas ligadas a los fondos buitres como BlackRock, de Paul Singer, abierto enemigo del Gobierno actual y de todos los argentinos.

En varios informes de Contrainfo, de Pájaro Rojo, como de EL SOL ABC, se puso en evidencia el rol que juegan estos depósitos “clandestinos”, que existen pero que no pagan impuestos, manejados por la Embajada de EE.UU. y sus servicios, por medio de intermediarios, y desde se nutre de valiosa información, que luego es utilizada a favor o en contra, según sean sus necesidades, de las empresas que alquilan estos depósitos para guardar “expedientes, archivos contables, documentación de contratos comerciales, legajos judiciales, etc”.

Ayer se cumplieron siete años de tan tremendo siniestro, donde judicialmente se comprobó que “las alarmas sonaron pero el sistema de apagado con agua no funcionó muy misteriosamente, por lo que se dedujo que el incendio fue autoprovocado”. Hasta ahora nadie fue a prisión y los familiares de las víctimas siguen esperando “justicia”, justo en el país que tiene su Justicia dominada por la Embajada de EE.UU.

 

Los porqués

El sitio Periodista de Perón da muy claros indicios como descripciones de las verdaderas razones para que los servicios norteamericanos provocaran tal siniestro:

“Ayer se cumplieron siete años de la masacre de Iron Mountain. Algunas cosas que no suelen recordar los medios:

  1. De las 43 empresas que más documentación “perdieron”, 29 estaban siendo investigadas por lavado de dinero.
  2. La Justicia comprobó que el incendio fue intencional.
  3. Al HSBC “se le quemaron” 26.326 cajas con documentación, al JP Morgan 4.000, al BNP Paribas 1.206.
  4. Entre las cajas del Grupo Macri que desaparecieron en el incendio había una que estaba rotulada como “Coimas Perú”.
  5. Otras empresas que “protegían” su información en Iron Moutain: Unilever, Cargill, IECSA, Nidera, Pluspetrol, Loma Negra, American Airlines, Microsoft, Monsanto, Sidus, Laboratorios Abbot, Swiss Medical, Galeno y los estudios jurídicos Sáenz Valiente y Asociados, y O’Farrell.
  6. Murieron 9 bomberos en la tragedia, y otros 2 se suicidaron años más tarde. Los familiares de las víctimas viven amenazados por los ex funcionarios involucrados.
  7. Al día de la fecha no hay ni un solo procesado en la causa.
  8. El expediente de habilitación del depósito desapareció misteriosamente pocos minutos después del incendio.
  9. El responsable directo, Juan José Gómez Centurión, y el responsable político, Mauricio Macri, nunca fueron citados por la Justicia…”. [1]

 

Informe de Pájaro Rojo ligando a la CIA con Iron Mountain

IRON MOUNTAIN Y LA CIA: A sangre y fuego

A cómo llegó del Pampa Ubertalli. No sé si lo publicó en algún otro sitio. Hace un rato, mi amiga Mary (Maricarmen Martínes Garrido), a la que no veo hace un toco, publicó en Facebook que “Si Cromañón implicó la renuncia de Ibarra, el incendio de Barracas debe implicar la de Macri”. Lo de que Iron Mountain es una empresa íntimamente ligada a la CIA y demás servicios de los EE.UU. era conocido, y presumo que habrá una catarata de artículos sobre un incendio (seguido posiblemente de una sorda explosión que explique el derrumbe de las paredes hacia afuera) que a todas luces fue intencional. (Juan José Salinas).

Los mismos personajes se mueven tras los desastres que sufrió la Argentina en la década reciente. (Foto: Contrainfo).

Por Jorge Luis Ubertalli

Un saldo de 9 muertos, 5 bomberos de la Policía Federal , un agente de Defensa Civil de la Ciudad de Buenos Aires, un bombero voluntario del barrio de La Boca , y 7 heridos, dejó el incendio de un galpón del barrio de Barracas ocurrido en estos días. Vecinos del barrio, bomberos policiales y voluntarios, periodistas, y otros testigos o no del siniestro, se preguntan cómo pudo ocurrir el suceso, habida cuenta de su magnitud acorde con la magmitud, vaya ocurrencia, de la empresa que regenteaba el vetusto depósito. Vinculada con el fuego –en Canadá, Inglaterra, EE.UU. e Italia depósitos de esta multinacional ardieron, aunque en ninguno de los siniestros se reportaron víctimas– la firma, denominada Iron Mountain,  se destaca por brindar seguridad a sus clientes, atesorando archivos confidenciales y destruyendo documentos similares, entre otros menesteres vinculados a los citados. Verdadero “fuerte” o bunker, supuestamente equipado con todos los elementos de seguridad contra incendios, cayó por su propio peso ígneo, arrastrando en su derrumbe a servidores públicos, entre ellos una joven bombera de 27 años.

El peligro atómico

Corría 1951 y EE.UU. ya había iniciado la Guerra Fría contra el enemigo rojo cuando Herman Knaust, conocido en la zona neoyorkina de Hudson River como “el rey de los hongos” –puesto que los cultivaba- soñó con un gran hongo atómico arrasando la ciudad. Por ello utilizó la mina de hierro de hierro ya agotada que había adquirido en 1936 en Livingstone, localidad situada al norte de Nueva York, para concentrar información estatal y de grandes empresas en un refugio antinuclear. En 1951, con este objetivo, fundó Iron Mountain Atomic Storage Inc., con oficinas en el Empire State. Las bóvedas antiatómicas de Iron Mountain fueron visitadas, entre otros, por el tristemente célebre general Douglas Mc Arthur, el carnicero de Corea y propiciador del bombardeo atómico a la zona de Manchuria cuando se consumó la agresión norteamericana, revestida con el disfraz de la ONU, a la península coreana, que desató una guerra que duró tres años (1950/1953).

Según informa la propia compañía Iron Mountain en su página web, a la visita de Mc Arthur le siguieron otras de igual o similar importancia, como la de los directivos del East River Saving Bank, que ordenaron trasladar al bunker de Knaust copias de microfilms de registros de depósitos y duplicados de tarjetas de registro de firmas, en “automóviles blindados”. Una cantera de piedra caliza se agregó a los almacenes subterráneos del pionero del resguardo antiatómico yanqui, quien sumó puntos y dividendos con el crecimiento de su singular emprendimiento.

El refugio, se dice, sirvió para diferentes actividades. Entre otras, el cónclave de doce personajes vinculados al Estado norteamericano, que se reunieron en 1963 en las instalaciones del complejo antiatómico para formular lo que se llamó Informe Iron Mountain, dado a publicidad en 1967 con el nombre de “Informe sobre la Posibilidad y Conveniencia de la Paz”, en el que se destacaba la importancia de la guerra en la organización social y futuro de los EE.UU. El paper, cuya veracidad fue desmentida por el publicista Leonard Lewin en 1996, contiene análisis y proposiciones de importancia actual, según destacan algunos analistas.

(ver http /el proyectomatriz.wordpress.com ó www.laeditorialvirtual.com.ar).

Sirviendo de refugio a los autores del proyecto o sin él, la subterránea Iron Mountain Inc. trepó en la escala de ganancias, convirtiéndose en la “compañía líder de protección de datos remotos en EE.UU.”, luego de adquirir empresas en Gran Bretaña y EE.UU., entre otros países, como la Arcus Data Security Inc. en 1998, que pasó a llamarse en el 2001 Off-Site Data Protection.

(www.ironmountain.com/aboutus/milestones.asp)

.En 1999 se instaló en México,  y en el 2000, año en que estableció la división Iron Mountain Destruction confidencial, denominada luego Destrucción de Documentos,  desembarcó forrmalmente en nuestro país tragándose a Storage S.A. y fusionándose con Pierce Leahy Archives. Ese año también ingresó en el ranking Fortune 1000 en el puesto 783, y fue escalando posiciones en lo que hizo a premios institucionales norteamericanos, escaños en Fortune, nominaciones en Forbes como una de las “mejores compañias”. En el 2009, luego de instalarse en Australia, Nueva Zelanda y otros países, excedió los 3,3 billones de dólares anuales en sus ingresos.

Una empresa de Servicios

Según se informó, millones de documentos se archivan en los bunkers de Iron Mountain, ubicados en Parque Patricios, Villa Lugano, y el siniestrado de Azara 1245, ubicado en el barrio de Barracas. Entre los clientes que encomendaron a la compañía administrar sus archivos y/o destruir su documentación confidencial se hallan todas las AFJP, empresas de jubilación privadas ya nacionalizadas; bancos extranjeros, como el HSBC, acusado de incitar hace unos a una disparada del dólar junto a la petrolera Shell, de capital británico, quien también, como otras homólogas, recurrió a Iron Mountain para que atesorara y/o destruyera documentación comprometedora… ¿A través de la ignición provocada? El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que preside el derechista Mauricio Macri, también ha contratado los servicios de Iron Mountain argentina y la ha premiado en el 2008 por ser la primera a instalarse en el predio Tecnológico de Parque Patricios, donde las firmas asentadas gozan de prerrogativas, entre ellas la de no pagar impuestos. Parque Patricios y Barracas, que contiene al galpón incendiado y se constituye en una zona a saquear por el huidizo gobernante porteño, quien pretendió – y hoy sigue pretendiendo- realizar pingues negocios inmobiliarios posteriores al traslado de los hospitales neuropsiquiátricos José T. Borda y Braulio Moyano, dentro de cuyo perímetro intentó instalar el Centro Cívico de la Ciudad y con ello valorizar los lotes adyacentes, constituyen con otras de la zona sur de la ciudad el pretendido jolgorio de Macri.

Que Iron Mountain es una empresa de servicios nadie lo duda. Su presidente y Chief Executive Officer (CEO), William Meaney, se desempeñó como oficial operativo de la Central Inteligency Agency (CIA) durante mediados de los años 80, años de fuego y sangre sembrados por el tristemente célebre Ronald Reagan en Nicaragua, El Salvador y el mundo todo. Posteriormente se dedicó a la medicina, y fue director general de South Africa Vaccines Producers, fabricante de vacunas y sueros, y mas tarde, antes de incorporarse a Iron Mountain, CEO durante varios años del Grupo Zuellig Pharma, con sede en Kuala Lumpur, Malasia, distribuidor de medicamentos y ensayos clínicos en el Lejano Oriente, y tiene la “capacidad  de manejar todo tipo de medicamentos, incluyendo narcóticos…”(www.zuelligpharma.com). El Director de Seguridad internacional de Iron…, Jack A. Faer, no le va en zaga. Teniendo como misión “la conducción del equipo global para todos los aspectos de seguridad, prevención de fraudes, seguridad en la información, manejo de crisis y programas de recuperación de desastres”, revistó desde 1980 a 1986, época dorada de Reagan, como agente especial del Federal Buró of Investigation (FBI)…

Dime con quién andas

Accionista de acciones innobles, el magnate norteamericano Paul Singer, titular del “fondo buitre” neoyorkino Elliot Found, que se niega a negociar con Argentina y pretende vaciar sus reservas a través de un juicio amañado por la ultraderecha neoyorkina y estadounidense en general, es uno de los accionistas de Iron Mountain. Habiendo invertido en esta empresa servicial 26,2 millones de dólares en el 2011, controla el 5% de las acciones de la multinacional, que en el 2013 ingresó a Colombia y Chile a través de la compra de empresas del ramo en ambos países.

Con aceitados contactos con el gobierno porteño y sus funcionarios, a los que apoya en sus fundaciones; Iron Mountain cuenta con directivos locales vinculados a un grupo empresarial mediático; está inscripta en el Registro Público el 31 de agosto de 1995 y en Rentas de la Provincia de Buenos Aires, Rio Negro y Córdoba, y reporta actividades de Servicio de Almacenamiento y Depósitos, que incluyen silos de granos, cámaras frigoríficas, almacenamiento de mercancías y productos de zona franca, con sede declarada en Amancio Alcorta 2482, de Capital Federal.

Iron Mountain es tan subterránea como su sede de la zona rural de Pennsylvania, ubicada a 67 metros de profundidad, que mide 4,82 kilómetros de largo, 3,2 kilómetros de ancho, cuenta con caminos que suman 32 kilómetros, ocupa un área de 159.000 kilómetros cuadrados y cuenta con una “protección de capas múltiples” y un plantel propio de bomberos.

Y hablando de bomberos, los argentinos, compañeros de los que murieron cuando iban a enfrentarse en Barracas a un fuego difícil de determinar y que provocó, como expertos lo manifiestan, una insólita e impredecible caída de las paredes del bunker hacia afuera, cuando todas las experiencias indican lo contrario.

A sangre y fuego, con Irons -para que suene más patético- retorcidos, llamas todavía inextinguidas, mountains de mampostería derrumbada y cuerpos que exigen justicia, la empresa de servicios, archivadora y destructora de documentos confidenciales, hizo su aparición, esta vez pública, en la conciencia del país. [2]

 

 Referencias:

[1] Periodista de Perón vía Twitter.

[2] https://pajarorojo.com.ar/?p=1066