La jugada maestra de Cristina no puede ser echada por la borda por medidas o actitudes de Cafiero

Cafiero debe explicarles a los peronistas, qué es lo quizo hacer. (Foto: Archivo).

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Siguen resonando muy fuerte las designaciones de Santiago Cafiero en su gabinete de trabajo a figuras del Frente Unidos por el Cambio, pero más del PRO, que de otra cosa, que tiran por la borda todo el trabajo que se hizo en estos años para recuperar lo que tanto dolió perder en el 2015.

Entonces, todo lo que los medios y algunos opositores reconocen “como la jugada maestra de una líder que tejió en noches de mil insomnios”, puede quedar “como una burbuja de  jabón” en el campo de la política actual. Es tirar por la borda tanto esfuerzo de millones de militantes que se la jugaron “ante los poderosos sin importarle nada”. Tanto como Ramona, esa voz todavía caliente en Villa 31, que desde su lucha animó a muchos “a que todo no está perdido”. Por ello piden la remoción de Santiago Cafiero o de la renuncia lisa y llana de los nombrados, cuando hay tanto peronista sin trabajo.

Acá dicen, “volvimos para ser mejores, pero no mejores estúpidos. Hay que saber poner el freno a tiempo, porque cuando ellos regresen si es que dejamos que tengamos infiltrados, esto no va a salir bien. Estamos a tiempo de corregir estos gruesos errores”, dijeron militantes de Kolina de José C. Paz.

 

Todo lo que costó

Nicolás Lantos, para El Destape, hace una cabal descripción de todo lo que costó y del agua que corrió para llegar a lo que hoy es una realidad, pero que no debemos tirar por la borda: “Hay un postulado que indica que en la Argentina nunca gana elecciones la persona que, un año antes, aparece como el favorito. Desde la crisis de comienzos de siglo hasta acá, la hipótesis se cumple a rajatabla. Néstor Kirchner era casi un desconocido a mediados de 2002 y el favorito a una reelección que (voluntariamente) no fue en 2006. En 2010, CFK estaba lejos de coronar una remontada económica y política histórica que culminaría con su triunfo en primera vuelta: después de la 125 y la derrota del Frente para la Victoria en las elecciones legislativas del año anterior, Julio Cobos soñaba con un camino allanado a la Casa Rosada. Ni siquiera fue candidato. En 2014, Daniel Scioli, Sergio Massa y ¡hasta Florencio Randazzo! parecían mejor perfilados que Mauricio Macri. Y, bueno, en 2018 nadie en todo el país se imaginaba el destino de Alberto Fernández”.

Más adelante Lantos define: “De nuevo, el diario del lunes: ahora sabemos que fue una jugada de jaque mate. En las pocas horas que sucedieron al anuncio, más de diez gobernadores manifestaron públicamente su apoyo a la fórmula, al igual que las principales centrales obreras. El camino para el peronismo alternativo quedaba angostado a un desfiladero. En cuestión de días, el tándem Fernández y Fernández ordenó de facto al peronismo. Los pocos que quedaron afuera ahora habitan los márgenes de la política. Semanas más tarde se incorporó Sergio Massa. Para entonces, aunque no lo sabíamos, la suerte estaba echada. El resultado de las PASO dejó claro que el oficialismo no tenía ninguna chance de forzar un balotaje. El objetivo de CFK era ‘que otro argentino esté en la Casa Rosada’, según dijo ella misma. Con su jugada, pudo garantizarlo meses antes de que se emitiera el primer voto”.

Entonces, qué nos queda: RECAPACITAR y volver sobre los errores para enmendarlos.