Cada vez que una persona respira, se aporta oxígeno a las células del organismo, oxígeno que necesitan para convertir alimento en energía. Hace tiempo que la comunidad científica sabe que las células deben sentir de alguna manera cuánto oxígeno está disponible para así ajustar sus índices metabólicos y realizar diferentes tareas dentro del cuerpo. Sin embargo, por mucho tiempo, los mecanismos detrás de este proceso fueron un misterio.
Este lunes, el Premio Nobel de Medicina fue otorgado a dos estadounidenses y un británico, quienes descubrieron el mecanismo molecular que regula cómo las células se comportan cuando los niveles de oxígeno caen. Sus investigaciones sobre las maneras en las que las células sienten y se adaptan a la disponibilidad variable de oxígeno no solo revelaron la maquinaria detrás de uno de los procesos más importantes para la vida, sino que fueron fundamentales para las perspectivas presentes y futuras en el tratamiento en diferentes campos de la salud, en especial el del cáncer y la anemia.
William Kaelin, Gregg Semenza y Peter Ratcliffe -cuyo galardón inauguró la semana de los Nobel- fueron premiados por sus investigaciones “que revelan los mecanismos moleculares producidos en la adaptación de células al aporte variable de oxígeno” en el cuerpo, según dieron a conocer desde la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska en Estocolmo.