SAN SALVADOR DE JUJUY (Especial-EL SOL ABC). Mientras la pandemia y el jefe del régimen, Gerardo Morales, se llevan hasta las ganas de los jujeños, un personaje muy singular y hasta harto crapulario como lo es Rubén Rivarola y toda la pléyade de “dirigentes” capitalinos del PJ, que gracias a su infinita inteligencia el emperador pudo quedarse con el sillón de Casa de Gobierno otros 4 años más, hizo lo que no debía hacer: dividir aún más a los peronistas locales.
Con la medida de expulsar a los diputados Juan Cardozo, Alejandra Cejas, Débora Juárez Orieta de Bracamonte y Alejandro Snopek se pone al peronismo jujeño otra vez en situación de cisma, la actitud avasallante y prepotente de un sector del justicialismo provincial que no entiende ni comprende los nuevos tiempos de la política, que dicen que “se necesita una efectiva renovación y además, que sea el interior de la provincia la que se manifieste en su plenitud, con hombres y mujeres que tienen una nueva proyección como nuevas ideas de hacia dónde debe ir un proyecto que contemple todos los espacios y pensamientos dentro del Partido Justicialista.
Los responsables
Y son los mismos que estuvieron de los más gruesos errores, sólo cuidando su “quintita” los que provocaron la división en el peronismo jujeño, lo que hizo que otra vez ganara Morales, que ha llevado a la Provincia al mayor desmanejo administrativo de los últimos cien años. Todo teñido con graves hechos de corrupción y avasallamiento de derechos como en la Justicia.
En esta actitud se puede nombrar a Rubén Rivarola como ideólogo y principal responsable, Pedro Belizán, Liliana Fellner, Lito Torres, Fernando Posadas, Luis Cabana y Alfredo Gerry. Este último cuñado de Rivarola y alfil para las roscas dentro del justicialismo. El único “extranjero” es el ex intendente de Caimancito, que por alguna prebenda sigue a Rivarola.
Y así ayer se decidió, a pesar de las recomendaciones a nivel nacional del Frente de Todos, de mantener la “unión y en lo posible ensanchar el espacio político”, el sector rivarolista nombró como presidente del bloque del PJ a Pedro Belizán, saltando cualquier acuerdo que podría llevar al rejunte de la tropa peronista en Jujuy, más torciendo para dejarla cada día más débil.
“Lo que hace Rivarola demuestra que no está porque le interese el peronismo, sino por apetencias personales, porque así sus negocios no decaen, esté quién esté en la Casa de Gobierno. Y hoy es oficialista; defiende a rajatabla el tremendo endeudamiento al que ha sometido a Jujuy Gerardo Morales, por ejemplo”, finaliza diciendo un dirigente pejotista del interior de la provincia.
