JOAQUÍN MORALES SOLÁ: “Desde el Llano” de su cerebro

Un defensor a ultranza de todos los regímenes militares, Morales Solá. Ha comenzado a sentir que las balas han empezado a picarle cerca por el tema de los nexos con el espionaje en la Argentina. (Foto: Enorsai).

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Seba Schwarcz). Anoche vi a un Joaquín Morales Solá mostrando los orillos de un hombre que está harto de Joaquín Morales Solá. Ese personaje de hombre cauto y medido, aunque sabemos de su ideología neoliberal que no está mal que la tenga además, cayó varios pisos abajo, cuando en todo momento en su programa habló “de campaña de difamación en contra los 4 años del gobierno anterior”, cuando está recontra comprobado, por las pruebas que van apareciendo y por las mismas declaraciones de los involucrados “del armado de causas por Bonadío y compañía desde Comodoro Py en contra de todo el kirchnerismo y todo nacido en la Casa Rosada, con la orden de Mauricio Macri junto a su gabinete de ministros”.

Pareciera que Morales Solá vive dentro de “una burbuja tucumana de los años de los operativos Independencia en su Tucumán natal, en el década de los 70, del que fue hábil operador bajo la sombra de La Gaceta”. Y que allí quedó congelado su cerebro.

El que más o menos sabía presentar pruebas de lo que decía, anoche en el programa “Desde el llano”, por TN, desbocó mal mostrando a un hombre quefue colaboracionista de todos los regímenes militares, pero que está dando sus últimos respiros como comunicador de la derecha neoliberal y entreguista de la Argentina”. Y eso lo digo, como todo sujeto cansado de todo dijo una serie de barbaridades, que a esta altura poco le interesan: “Ah, pero no se olviden de una causa que tiene involucrada a la ex presidenta Cristina Kirchner por escuchas que habría encontrado el juez Bonadío, en tiempo de los ‘allanamientos’ en su casa de El Calafate, y que en ese momento no le dio importancia, porque él iba por otra cosa. Y esa causa la tiene el juez Martínez Di Giorgi, que de paso digo que la tiene dormida”. Una forma de decir: “Ah, vos apuntás por el espionaje, nosotros tenemos también ésta de Martínez Di Giorgi”.

Lo que pasa, y es la muerte para “varias vacas sagradas del periodismo”, es que todas estas vacas “siempre vivieron de los servicios de inteligencia” y como ahora el Gobierno actual los destruyó, no tienen a quién acudir para que les pasen información. Eso por una parte, pero por otra, Morales Solá está “muy preocupado, porque se autopersigue, que las investigaciones que muestran los claros nexos de Luis Majul con los agentes de la AFI, en algún momento lo toquen a él, porque sabe que tiene cola de paja”. Y eso es lo que más lo pone nervioso, casi como desquiciado. Las balas han comenzado a picarle cerca.