BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC. Por Seba Schwarcz). Lo que pasó el jueves 7 de enero pasado en el Capitolio y sus alrededores, en Washington DC (EE.UU.), puso de relieve acá en la Argentina que los seguidores de Macri y todos sus agentes, quedaron muy desorientados, porque están huérfanos de líderes mundiales y locales que sean parte de las políticas trazadas por el Departamento de Estado de EE.UU. para los países latinoamericanos, toda vez que el ahora desteñido empresario padre de Ivanka Trump —quien fue una de las gestoras del golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales, quien a su vez nos dio una lección de inteligencia de cómo resolver tremenda crisis política pacíficamente— pateó el tablero mundial ordenando a sus votantes tomar el Congreso norteamericano con la idea de boicotear la oficialización en sus cargos de Joe Biden y Kamala Harris, que justo se daba en esos momentos en la capital norteamericana.
Esta situación demuestra una vez más la endeblez de los basamentos del Frente Juntos por el Cambio, que es un conjunto de voluntades dispersas, que sólo nació para defender intereses sectoriales, como el “no pago de impuestos, la evasión de divisas, la compulsión por la elusión de impuestos y la especulación financiera, mano dura con el manejo de los temas de seguridad por las fuerzas federales y las policías provinciales, talado y desmontes ilegales de millones de hectáreas con la publicidad de que el empresario privado puede hacer lo que quiera, con territorios apropiados de manera ilegal, como defensa a ultranza de intereses foráneos que vienen a expoliar los recursos mineralógicos, forestales, acuíferos y territoriales y marinos, del país, etc”.
Nadie sabe que tanto Patricia Bullrich, como Elisa Carrió y María Eugenia Vidal están pasando por sus peores momentos políticos, porque a pesar del tremendo recorrido por las páginas del diario de Awada, Macri y Antonita (La Nación) y segundos televisivos en TN, con los vetustos Morales Solá y Alfredo Leuco, sus mensajes no tienen eco en la población, porque cualquier frase esgrimida es contrapesada con lo que hicieron en la realidad cuando tuvieron el poder omnímodo de los cuatro años del macrismo. Nadie se dio cuenta, de la trampa en la que cayeron los globos argentinos cuando el pueblo les dio la posibilidad de gobernar. Pensaron que manejar el poder era para toda la vida y se olvidaron de sentarse a trabajar en un proyecto de país, desde su ideología, para tener un faro de direccionamiento político para quedarse en el gobierno por varias décadas.
Hoy con EE.UU. dividido, donde la defección del trumpismo deja en evidencia que este país primero tiene que solucionar sus propios problemas, antes que dedicarse a apoyar a los cipayos locales de los países latinoamericanos que juegan en contra de sus propios países. Y esto muestra que no hay consignas serias y directas de proyectos que tenga el Frente Juntos por el Cambio, donde miles de los que votaron están en huida muertos de vergüenza y buscando hacer sus propios partidos por fuera del macrismo, que hoy es mala palabra.
