La versión empezó a circular con fuerza el miércoles a la noche. En los últimos días, los analistas que siguen los números del Banco Central vieron que, súbitamente, los dólares que el Tesoro tenía depositados en la entidad monetaria bajaban drásticamente. Y que los billetes que se estaban vendiendo eran parte de los US$ 7.200 millones de préstamo del Fondo Monetario Internacional que, en 2018, había sido destinado al fortalecimiento de las reservas internacionales.
La operación fue confirmada por fuentes oficiales y cuenta con el visto bueno del FMI. En realidad, cerca del Gobierno aseguran que no era necesaria la aprobación del Fondo para utilizar ese dinero, pero que de todas maneras el organismo fue informado de la intención del Gobierno de usarlo para hacer frente a gastos.
No se sabe si los US$ 1.860 millones que se cambiaron a pesos fueron para pagar deuda o para gastos corrientes.