BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Luis Mendoza). Un persona chiquita físicamente pero tan grande en su corazón como en su talento, que hoy todo el mundo, tanto de derechas, como de izquierdas, estén llorando o compugnidos por la desaparición física del más grande jugador de fútbol de todos los tiempos. El único argentino que pudo brillar y hacerse conocer en los cinco continentes en el universo deportivo mundial, haciendo que el fútbol supere a todos los otros deportes de elite.
Por ello hoy no es nada inusual que deportistas de la talla de Magic Johnson, Rafael Nadal, Pelé, Messi, Ginóbili, Zlatan Ibrahimovic, Mike Tyson, Gabriela Sabatini, el plantel de las Leonas, Cristiano Ronaldo, Ronaldo, Ronaldinho, Kun Agüero. Estrellas de la canción como Riky Martín, el Indio Solari y tantos miles, muchos más aquellos que tuvieron la suerte de tratarlo. Tal el caso del periodista Toti Pasman, cuando en una conferencia de prensa cuando era técnico de la Selección le dijo: “Vos también Toti, la tenés adentro”, con cuya frase hizo un libro. Y hasta se hizo más famoso el escriba. Buenos, todos y millones de desventurados pobres que fueron felices cuando la dormía con el pecho o con el mágico empeine tiraba una rabona o cuando se encendía y levantaba su cuerpo para hacer una mediachilena, sin medir las consecuencias y las definiciones de los físicos que dicen que “la masa no puede suspenderse en el espacio por la fuerza de la gravedad”. Pero el Diego de la gente, el Diego del pueblo lo hizo infinidad de veces, tantas que ahora Nápoles lo llora y lo recuerda, con una definición que su venerado estadio San Paolo se llamará San Paolo-Maradona.
Así de único e irrepetible, un hombre que nos hizo vibrar de cuerpo y alma, y que muchos agradecimos infinitamente al Cielo, porque a todos nos hizo creer que el Dios del Universo es argentino.
