DOS GUARRAS SUELTAS: Canosa y Granata, la dos “nuevas guardianas de la intelectualidad femenina”

En el campeonato de neuronas, tanto Granata como Canosa, salieron perdiendo. Pero lo intentan bajo otras variantes. (Foto: Twitter).

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Muchas mujeres han comenzado a sufrir de “un sarpullido fóbico” cada vez que aparecen las dos nuevas guardianas de la intelectualidad femenina argentina, declarando en las redes o en programas de televisión, tanto la ahora diputada nacional Amalia Granata o la comunicadora Viviana Canosa.

Ambas dos llegaron a los puestos que ocupan de manera non santa. Si el público recuerda, Granata se hizo famosa luego que el cantante inglés Roby Williams la llevara a su hotel de estadía en Buenos Aires, cuando vino al país en 2006, “dentro de un grupo de ‘gatos’ que pululaban cuando venían cantantes o conjuntos famosos extranjeros”, decían los chimenteros de esa época. Y la Canosa, casualmente como chimentera o cronista de Intrusos y de otros programas del espectáculo. Nada más que siempre con aires de diva, porque se cree “la belleza nacional”, con la cual pululó o trató de ingresar en el ambiente de la “jet set” de Punta del Este, buscando engancharse un “noble venido a menos”, luego que el hijo de Tato Bores la abandonara por insufrible.

Bueno, pero ahora resulta que luego bajo distintas consignas y parámetros llegaron a los puestos que ocupan hoy. La rosarina con el cargo de diputada, que no es eterno y que hasta ahora no ha demostrado real representación y mancomunidad con los santafesinos que la eligieron, tiene alguna vez que salirse de allí para volver al llano. Mientras que la Canosa, luego de varios fracasos televisivos y radiales, se le dio por hacer política; no encontrando por su perfil el lugar que ella cree merecer. Pero lo negativo, que las dos desde sus puestos son comunicadoras que le hacen mucho mal a la sociedad  —y más representando a las mujeres—, porque han buscado esa representación desde lo obsceno, lo burdo, demostrando pocos conocimientos de la profesión que dicen representar.

Groseras y con un muestreo visible de pocas neuronas, tanto que el mismo cínico Muñeca Vieja Etchecopar dijo de una de ellas: “Le voy a decir a la Canosa, que lo que realiza es una mala copia de lo que hacía yo y no voy a hacer más. Porque eso de putear en cámara lo inventé yo”.

Otro por allí opinó: “Bueno, pobrecitas, de algo tienen que vivir. Y si no les da la cabeza, son capaces de desnudarse en la 9 de Julio. Pero las utilizan. Y lo peor, es que no saben que eso pasa”.

Lo real, es que son la representación cabal de una sociedad que ha caído a sus niveles más bajos en todos los aspectos. Una sociedad con pocos escrúpulos.