DESCONSUELO EN LIBERTADOR: “Sólo para aplicar protocolos deshumanizantes están la Municipalidad y la Policía, pero de mejorar la atención de los enfermos es una utopía”

Mucho pesar por la temprana partida del joven Luciano en Libertador. (Foto: Redes).

LIBERTADOR GRAL. SAN MARTÍN, Jujuy (Especial para EL SOL ABC-Por Pelu Barrojo). Tristeza, preocupación, desesperación, indignación, enfado, una madrugada llena de sentimientos entremezclados mientras esperábamos el cuerpo de Luciano. Ver el sufrimiento de una madre desconsolada, lamentándose que no hayan permitido velar aunque sea una hora a su hijo; ver la predisposición de los muchachos y del Club Alberdi que habían ofrecido y acondicionado todo para cumplir con los seudos protocolos que se aplican según las conveniencias.

Que el COE autorizaba un par de horas, que la Municipalidad y la Policía no; el auto que no llegaba, que la inhumación iba a ser a la madrugada, ver la indiferencia y desidia de la Municipalidad y la Policía dejando a la de Dios a cientos de personas a la vera de la ruta que se organizaron para poder controlar la velocidad del tráfico.

¿Qué costaba el autorizar el velatorio un par de horas? Indigna ver este desprecio y falta total de empatía y mucho más indigna el ver que se realizan tantos eventos que congregan mucha gente: la mayoría de éstos organizados y promocionados por la misma Municipalidad, que el Día de la Zamba, que la Feria de Comida de Vigilia, que la Feria de Artesanos, que el fútbol de veteranos etc., etc. No tengo nada en contra de estos eventos ni en contra de la gente, pero ¿qué pasa con el protocolo en estos casos? ¿Tiene vigencia o se lo pasan por el traste?

Cuando llegó Luciano y gracias a la predisposición del chofer de la pompa fúnebre, al menos  pudo pasar por su casa por última vez y desde allí nos dirigimos acompañando en una gran caravana hasta el cementerio con la tristeza y desazón propias del momento.

Con una gran sorpresa, ya que los policías, bomberos y personal municipal que no estuvieron en la entrada sobre la ruta, estaban en el cementerio con móviles y camionetas con las luces de las sirenas encendidas.  Y no es por exagerar, pero creo que había más uniformados, bomberos y personal municipal que cuando ocurrió lo del tornado en B° Ledesma.

El ver ingresar la pompa despacio para estacionarla y de golpe las señas de que entre rápido y el cierre repentino de las puertas del cementerio, ver a una mamá con un llanto desgarrador y de rodillas implorando que la dejen despedirse de su hijo; qué impotencia el querer hacer algo y no poder ante la prepotencia de los que estaban en este operativo; cuánto dolor realmente y cuánta bronca por estos inservibles que entran a gobernar el pueblo y se creen omnipotentes organizando estos atropellos y que poco les interesamos los habitantes y lo que podamos estar pasando.  Qué terribles momentos hicieron pasar a esa madre, destruida por el dolor de perder un hijo, a los familiares, amigos y personas de la comunidad que se movilizaron, solidarizaron y colaboraron.

Dios quiera que a estos que manejan y controlan esta comunidad, no les toque jamás en sus vidas el vivir una situación como la provocada por ellos.