BERNA, Suiza (Especial-The Guardian-Por Redacción). La caída del 30 % en las acciones de Credit Suisse en un momento dado las llevó a un nivel que es “ridículamente barato o un preludio de una crisis total”, escribe nuestro editor financiero Nils Pratley.
El antiguo orgullo de la banca suiza, una institución fundada en 1856, se valoró en apenas 7.000 millones de francos suizos en su punto más bajo. A modo de comparación irrelevante, el campeón nacional del chocolate, Nestlé, vale casi 300.000 millones de francos suizos.
Para los optimistas de “no entren en pánico”, esto es sólo un caso de inversionistas nerviosos que jugaron injustamente juegos de whack-a-mole después del colapso de Silicon Valley Bank en los EE.UU. la semana pasada. No existen vínculos directos entre las dos instituciones, pero el mercado está programado para buscar a la próxima víctima. Es fácil chocar con Credit Suisse, un banco que todo el mundo ya consideraba el debilucho entre las grandes instituciones financieras de Europa.
Al tratar de persuadir a los inversionistas para que analicen los fundamentos, el presidente del banco, Axel Lehmann, hizo un llamado a la paciencia. “Tenemos índices de capital sólidos, un balance sólido”, dijo. “Ya tomamos la medicina”. Ese último comentario fue presumiblemente una referencia a un aumento de capital de 4.000 millones de francos suizos el año pasado.
El caso bajista es que el clima financiero externo no puede ignorarse tan fácilmente. La explosión de SVB, como la crisis del otoño pasado con las estrategias LDI (inversión impulsada por pasivos) de los fondos de pensiones del Reino Unido, tiene sus raíces profundas en el aumento de las tasas de interés, que a su vez ha creado pérdidas no realizadas en las carteras de bonos. Uno de los problemas de SVB (aparte de los errores básicos de gestión de riesgos) era que tenía que cristalizar una parte de esas pérdidas cuando los depositantes huían. No es descabellado que el mercado se pregunte dónde más las presiones sobre los bonos pueden hacer algunos agujeros.
Nota de cierre
Vaya, qué día (el de ayer), con los mercados financieros atenazados por los temores sobre el sector bancario mientras el canciller de Gran Bretaña esbozaba su presupuesto.
La gran noticia de esta noche es que los reguladores suizos dijeron que Credit Suisse puede acceder a la liquidez del banco central si es necesario, mientras se apresuran a disipar los temores en torno al prestamista después de que lideró una caída en las acciones de los bancos europeos el miércoles.
En una declaración conjunta, el regulador financiero suizo FINMA y el banco central de la nación dijeron que Credit Suisse “cumple con los requisitos de capital y liquidez impuestos a los bancos de importancia sistémica”.
Los gobiernos y al menos un banco estaban presionando a Suiza para que actuara, según los informes, ya que el mercado de valores de Londres registró su mayor pérdida en un día en un año.
NdR: lo venimos repitiendo hasta el cansancio, el dólar y las monedas europeas han dejado de tener credibilidad luego de la participación de la OTAN, el Pentágono, Wall Street, Bolsa de Londres y UE en la “destrucción de Ucrania”, utilizando para ello la excusa de una “anexión de Ucrania a la OTAN por medio de un títere manejado por Downing Street 10 en Londres, como lo es el presidente Zelensky”. Nada volverá a ser como antes, donde europeos y norteamericanos vivieron bien del saqueo permanente de los recursos de los países pobres [1]. Hoy los orientales, desde los árabes hasta todos los países del Asia Meridional como Insular han comenzado a correrse del dólar primeramente y luego de las monedas europeas. Ahora se entiende, el apuro del escape de Boris Johnson, mediante el Brexit, del continente europeo.
Referencia:
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