BRASIL: un voto clave en el STJ dio vuelta la parcialidad del ex juez Moro, comprobando el lawfare aplicado a Lula da Silva

De comprobarse totalmente la actuación parcializada del ex juez Sergio Moro en contra de Lula, le cabría el juicio político y penal, con cárcel por 20 años. (Foto: Archivo).

SAO PAULO, Brasil (Especial-UOL Brasil-Por Júlia Schiaffarino, Letícia Lazaro, Lucas Borges Teixeira y Rafael Bragança). La ministra Cármen Lúcia cambió ayer su voto de 2018 y le dio la vuelta al ex juez federal Sergio Moro en el proceso de sospecha por el juicio en el que condenó al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) por un tríplex en Guarujá. Con ello, la mayor parte de la Sala Segunda de la Corte Suprema (Corte Suprema) se ha consolidado, por tres votos contra dos, el sesgo de Moro.

La reanudación del juicio comenzó el martes a favor del ex ministro de Justicia. Después de pedir opiniones sobre el proceso del día 9, el ministro Kassio Nunes Marques se pronunció sobre la imparcialidad de Moro. Sin embargo, Cármen Lúcia, que había votado en contra de la sospecha en 2018, se echó atrás.

Así, de los cinco integrantes del Segundo Panel votaron por la sospecha de Moro Cármen Lúcia, Gilmar Mendes y Ricardo Lewandowski, y contra el relator Edson Fachin y Nunes Marques. Buscado por UOL, el MPF-PR (Ministerio Público Federal de Paraná), responsable del proceso, dijo que no comentará. Cármen y Fachin habían emitido su voto en noviembre de 2018, al inicio del juicio, antes de la divulgación de los diálogos de Vaza Jato, que expusieron conversaciones entre Moro y miembros de Operación Lava Jato

Entre los argumentos para considerar la parcialidad del ex juez, el ministro citó: conducta coercitiva, repitiendo el argumento de Gilmar sobre la espectacularización; intercepciones telefónicas y violaciones del secreto del ex ministro del PT Antônio Pallocci. Cármen enfatizó que le corresponde al hábeas corpus discutir la sospecha, dice que se opone al voto de Nunes y que no se basó en los mensajes publicados en el caso Vaza Jato, por lo que no quiso comentar sobre la legalidad de esas pruebas. La ministra también se refirió a su voto anterior. Cármen dijo que en ese momento los hechos no se mostraban lo suficiente, pero destacó que otros datos “se adjuntaron a los hechos y las pruebas adquirieron una combinación que llevó al paciente en la forma de investigación y procesamiento”, que, a su entender, “puede significar el incumplimiento de la parcialidad del juez”.

 

Voto de Nunes

Para respaldar su voto por Moro, Nunes leyó una serie de decisiones de la Corte Suprema, entendiendo que la sospecha no podía ser analizada en hábeas corpus. Sostuvo además que todos los hechos presentados ya fueron analizados en instancias anteriores y los consideró “inadmisibles”. El ministro también argumentó que “las sospechas deben ser vistas con gran reserva, valorando si la causa no fue creada por el partido” y citó que sería necesario presentar pruebas que lo atestigüen.

 

Camino de la sospecha

Antes, el juicio había estado empatado 2-2 desde el 9 de marzo, cuando Nunes Marques pidió una vista. A principios de este mes, Gilmar Mendes y Ricardo Lewandowski votaron, ambos en contra de Moro (es decir, a favor de declarar la sospecha del ex juez). Ya Edson Fachin, relator del proceso, y Cármen Lúcia habían votado en 2018 a favor de Moro (contra la sospecha), antes de la divulgación de los diálogos de Vaza Jato, que expusieron conversaciones entre Moro y miembros de la Operación Lava Jato. Con el episodio, GiImar solicitó visitas y el proceso se detuvo.

El Segundo Panel de la Corte Suprema decidió reanudar el 9 de marzo el juicio por sospecha de Moro, imponiendo una derrota a Fachin que solicitó el aplazamiento. El ministro intentó sacar el proceso de análisis e incluso pidió al presidente del Tribunal Supremo, Luiz Fux, una decisión para posponer el juicio, pero no obtuvo respuesta. En el momento de la solicitud de sospecha, en 2018, la pandilla aún tenía a Celso de Mello, quien se retiró el año pasado. Fue reemplazado por Nunes Marques, nominado por Jair Bolsonaro (sin partido).

El recurso fue interpuesto en noviembre de 2018, días después de que el entonces juez dejara la magistratura para ocupar un cargo en la política, como ministro de Justicia del gobierno de Jair Bolsonaro (sin partido). Para la defensa de Lula, esto demostraría la motivación política de Moro para juzgar a Lula, teoría que el ex juez siempre ha negado. El PT quedó fuera de las elecciones presidenciales de 2018, ganadas por Bolsonaro, debido a la sentencia en el caso del tríplex –que, tras ser confirmada por el STJ (Tribunal Superior de Justicia)–, fue una de las anuladas por Fachin.

 

Cancelaciones

El 8 de marzo, Fachin anuló todas las condenas del ex presidente Lula y remitió estos casos Lava Jato a la Corte Federal del Distrito Federal. La PGR (Procuraduría General de la República) se opone a la decisión de Fachin. El ministro decidió enviar el análisis de la apelación al pleno del STF, no al Segundo Panel. La defensa de Lula protestó y ayer el ministro Ricardo Lewandowski remitió el asunto al ministro Gilmar Mendes, presidente del Segundo Panel. La decisión sobre si el recurso será analizado por el Pleno o por el Segundo Panel también estuvo en la agenda de ayer martes.