SAN SALVADOR DE JUJUY (Especial-EL SOL ABC). Parece una exageración el título, pero faltaba que dijera eso el ex presidente del Superior Tribunal de Justicia, Pedro Baca, en su largo descargo, con carta como corresponde al jefe del régimen, Gerardo Morales.
Lo cierto es que Baca, abrumado por las denuncias en su contra —pero no son las únicas causales los pedidos de intervención del Poder Judicial de Jujuy, por si no lo sabe— tuvo que dar tardíamente su renuncia indeclinable al cargo, en la que había sido puesto precisamente por el jefe.
La situación se dio ayer viernes, que según las fuentes luego de fuerte discusión con Gerardo Morales y algunas otras autoridades del Poder Judicial, que le habían sugerido que “renuncie antes”.
Si bien es atendible que esta situación descomprime un poco la situación judicial provincial, pero la negación ante la contundencia de los audios —porque la voz es claramente de Baca y lo expuesto no puede ser tergiversado por lo fuerte y claro expresado— lo pone otra vez como un mentiroso contumaz, porque además aduce que “los audios publicados no se corresponden a las grabaciones. Y donde, además, que lo que se escribe en la nota tampoco refleja fielmente el contenido de los propios audios adulterados”, refiriéndose al artículo de El Cohete a la Luna, escrito por Horacio Vertbisky. Negando además que “hubiese participado en las causas contra Milagro Sala”, cuando se sabe que era parte del “comité de expertos” que asesoraba a Morales en cuanto al plan para encarcelar a Milagro. Por ello dijo lo que dijo, según nuestro análisis.
Acusación contra Vertbisky
Además en su carta de renuncia
pone énfasis en destacar la animosidad de parte del periodista Horacio Vertbisky, al que pone al frente de una trama persecutoria que el único fin es dañar al régimen de gobierno y a su jefe Gerardo Morales.
Sobre la violación de la ex funcionaria Ana Juárez Orieta, que fue su pareja clandestina, Baca negó los hechos que la víctima confirmó con nuevas pruebas, entre las que se menciona todo “lo que le hizo el comisario encargado de la Comisaría de la Mujer, adonde fue a asentar la denuncia, para poder finalmente lograr el sumario correspondiente”.
Para Baca, según su estrategia jurídica —está en todo su derecho hacerlo—, el propósito final de Vertbisky y de Juárez Orieta fue extorsionarlo, pero además para hacer caer en descrédito al Poder Judicial jujeño y su jefe real, Gerardo Morales.
“Esta mujer me grabó durante años y luego entregó los audios, que fueron adulterados a El Cohete a la Luna. A todo esto –continuó Baca- el senador Snopek solicitó la intervención federal de la Justicia de Jujuy, mencionando, entre otros puntos, los audios publicados”. Luego señaló que “con posterioridad se formuló la denuncia de un supuesto ataque sexual que habría cometido muchos meses atrás”. En ese sentido, el renunciante al STJ opinó que esta denuncia “constituye el cumplimiento de una amenaza. Cuando los audios adulterados perdieron eficacia, y frente a las denuncias que yo realicé previamente por su grabación clandestina y por las extorsiones a las que estaba siendo sometido, apareció esta nueva denuncia de un hecho aberrante que jamás aconteció”.
Lo que sí sabemos los jujeños, es que Baca “aceptó ser parte del plan para cooptar la Justicia para fines aviesos, cuando fue elegido diputado provincial y aceptó muy rápidamente la orden de Gerardo Morales de renunciar a su banca para ser miembro de número del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy”. Porque si hubiese sido un hombre probo de la democracia, “jamás hubiera aceptado este dislate y hecho de corruptela que pusieron en juego la vida y los derechos de miles de personas. Entonces, en estos graves errores institucionales y personales del renunciante Baca nada tuvieron que ver ni Juárez Orieta ni Horacio Vertbisky”.